Que Carozo no haya venido nunca a mi casa a tomar la leche fue, quizá, la primera frustración de mi vida. Pero nunca le guardé rencor. Al contrario, nunca dejé de olvidar a ese extraño perro azul, pero en especial a su amigo, esa «garrapata mutanteQ» que se llamaba Narizota.
No recuerdo qué edad tenía, pero sé que un día mis padres me compraron un muñeco de Narizota azul, con el que iba a todos lados. Estaba orgulloso de él, aunque nunca supe por qué me trajeron uno color azul, cuando Narizota era marrón tirando a amarillo.
A mí Carozo no me gustaba mucho, para mí era Narizota. Y el Profesor Gabinete. Pero yo era fan de Narizota.
Hace poco, antes de su muerte, nuestro colaborador, gran amigo personal, y por sobre todo, un tipo genial, Fernando Churruarin, que conoce a mucha gente injustamente olvidada del espectáculo, que tan felices nos hicieron, me mandó un audio de José Luis Telecher, el creador de tan entrañables personajes, y la voz de Narizota. Cuando lo escuché, me emocioné hasta que se me «piantó» una lágrima. Narizota, pensé. Me habló Narizota. Que lindo.
Telecher murió poco después, el 26 de noviembre último y con apenas 64 años. Me enteré por Fernando, y recuerdo haber pensado: “Pucha, se está muriendo mi infancia”. Sentí algo parecido cuando partió El Chavo, de quien siempre fui un fan incondicional. O Carlitos Balá.
Para ser honesto, de los otros personajes de José Luis no me acuerdo. Pero sí de Narizota. Él era mi amigo, mi compañero. Lamentablemente nunca supe qué fue del muñeco azul. Una lástima, yo que guardo todo, justo se me perdió Narizota. Yo, que era un chico solitario, tenía amigos inseparables como Nari.
No lo conocía a Telecher. Creo que nunca quise saber quién estaba detrás de esos muñecos. ¿Qué sentirían los afortunados chicos que eran elegidos para tomar la leche con Carozo al ver que llegaba guardado, tal vez, en una valija?
Reproducimos como homenaje en Buenos Momentos, una hermosa entrevista que le hizo Fernando Churruarin a Jorge Pacchini, el querido Profesor Gabinete.
